El 10 de octubre de 2025 quedará marcado en la historia cripto como un día negro, con 19 mil millones de dólares liquidados en pocas horas. Binance, Wintermute y una declaración explosiva de Donald Trump son los protagonistas detrás de esta jornada sangrienta.
La primera ficha en caer lleva la firma de Wintermute, uno de los principales market makers de la industria y proveedor de liquidez principal para Binance. Según los datos compartidos por el trader Hanzo, Wintermute transfirió 700 millones de dólares a Binance apenas unas horas antes del desplome. Este movimiento incluía 200 millones de dólares en Bitcoin, una suma colosal que debería haber alertado a los observadores del mercado.
Esta transferencia masiva retiró discretamente liquidez de los libros de órdenes en el momento más crítico. Cuando se intensificó la presión vendedora, los muros de soporte habituales simplemente desaparecieron. Los traders se encontraron ante un vacío abismal en los order books, transformando una corrección normal en una caída libre incontrolable.
La sincronización entre esta retirada de liquidez y el desplome que siguió plantea preguntas legítimas sobre la coordinación de los actores institucionales. Los market makers desempeñan un papel crucial en la estabilidad de los precios, y su retirada repentina puede crear condiciones de mercado extremadamente frágiles.
El caos se amplificó en Binance con lo que parece una explotación sistemática de las fallas del sistema de cuenta unificada. Martin Hiesboeck, experto del mercado en Uphold, identificó manipulaciones en varios activos de colateral, especialmente el USDe, el wBETH y el BNSOL. Estas manipulaciones desencadenaron cerca de mil millones de dólares en liquidaciones forzadas.
Los datos on-chain revelan una anomalía espectacular: el precio del USDe en Binance cayó hasta 0,65 dólares, mientras se mantenía por encima de 0,90 dólares en las plataformas competidoras. Esta brecha de precio de más del 25% en un stablecoin que supuestamente debe mantener la paridad con el dólar ilustra un fallo mayor de los mecanismos de mercado.
Los fallos técnicos transformaron una corrección en catástrofe. Las órdenes stop-loss y límite se congelaron, dejando que solo se ejecutaran las liquidaciones automáticas. Entre las 23:00 y medianoche, miles de Bitcoins fueron vendidos en pocos minutos, sin posibilidad de que los traders reaccionaran. A 108.000 dólares, los proveedores de liquidez capitularon, abandonando toda defensa de los niveles de precio. Algunos altcoins perdieron hasta el 80% de su valor en pocas horas, borrando meses de ganancias.
El timing del anuncio presidencial sobre los derechos de aduana del 100% sobre las importaciones chinas actuó como un acelerador de pánico. Esta declaración primero hizo caer los mercados de valores tradicionales, antes de que el efecto contagio golpeara de lleno a las criptomonedas.
Rápidamente surgieron sospechas de uso de información privilegiada. Varios traders señalaron movimientos sospechosos en wallets potencialmente vinculadas al entorno de Trump, con ventas masivas de tokens justo antes del anuncio oficial. Estas acusaciones, aunque no confirmadas, alimentan los debates sobre la transparencia e integridad de los mercados crypto ante las influencias políticas.
Este desplome del 10 de octubre revela las vulnerabilidades estructurales de los exchanges centralizados. La combinación de manipulación de los sistemas de margen, retiradas de liquidez coordinadas y fallos técnicos expone a los traders a riesgos sistémicos mayores. La concentración del volumen en pocas plataformas crea puntos de fallo únicos donde las disfunciones pueden transformar una corrección sana en un colapso total.
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Gastón es escritor desde hace más de 7 años y un gran entusiasta de las criptomonedas desde 2020. Le encanta navegar por este ecosistema y ahora quiere compartir sus conocimientos y descubrimientos a través de InvestX.
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