En menos de 24 horas, se perdieron cerca de 20 mil millones de dólares en el mercado cripto, provocando liquidaciones masivas y breves momentos de pánico. Este suceso afectó principalmente a los jugadores del Web3 y DeFi, revelando la complejidad del ecosistema criptográfico. La reciente caída expresa la vulnerabilidad y la sorprendente resistencia del mercado.
Contrariamente a la idea preconcebida, no son los inversores particulares quienes más han sufrido. Scott Melker, analista reconocido bajo el seudónimo Wolf of All Streets, pone las cosas en su sitio. Las verdaderas víctimas fueron los nativos crypto que utilizaban posiciones con apalancamiento en exchanges descentralizados y futuros perpetuos.
Los flujos retail entran ahora mayoritariamente a través de ETF spot o productos regulados. Están ampliamente protegidos de los mecanismos de liquidación violentos que caracterizan a las DeFi. Los traders cripto que fueron liquidados eran principalmente participantes experimentados, tomando posiciones de alto apalancamiento en futuros perpetuos. Esta purga ha tocado por tanto a los creyentes más convencidos del ecosistema cripto, aquellos que juegan con fuego del leverage trading.
Los datos confirman este análisis. Los nuevos entrantes privilegian ahora los vehículos de inversión tradicionales en lugar del trading especulativo con apalancamiento. El dolor se ha concentrado en los veteranos que multiplicaban sus posiciones, convencidos de que el famoso «Uptober» continuaría sin contratiempos.
Los períodos de pánico son también aquellos en los que los inversores más sagaces acumulan.
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¿Por qué tal magnitud en los daños? La respuesta reside en la mecánica misma de los futuros perpetuos. Estos contratos son por naturaleza de suma cero. Cuando los perdedores deben pagar más de lo que poseen, es todo el sistema el que tambalea.
La volatilidad extrema ha provocado la retirada inmediata de los market makers y de los proveedores de liquidez. Los libros de órdenes se han secado, particularmente en las altcoins, provocando movimientos de precio completamente desproporcionados. Las liquidaciones automáticas han incluso tocado a ciertos traders que sin embargo estaban en posición rentable, por falta de liquidez suficiente para absorber las órdenes.
Plataformas como Hyperliquid han aprovechado sus pools de liquidez on-chain para comprar a precio rebajado las posiciones liquidadas. El USDe, stablecoin algorítmico, cayó temporalmente a 0,65 dólares en ciertos exchanges crypto centralizados, liquidando de paso a todos aquellos que lo utilizaban como colateral. Diferencias de precio superiores a 300 dólares entre plataformas han creado oportunidades de arbitraje excepcionales para los traders más reactivos.
Los exchanges centralizados han sufrido las cascadas de liquidaciones más violentas, especialmente en los tokens de baja capitalización. Las DeFi, paradójicamente, han resistido mejor gracias a estándares de colateralización más estrictos y mecanismos de pricing codificados en los smart contracts.
Protocolos como Aave y Morpho exigían colateral de calidad institucional, con oráculos de precio robustos protegiendo las stablecoins principales. Esta arquitectura ha limitado los riesgos de death spiral en el ecosistema DeFi. Pero han aparecido puntos de fricción, especialmente con el USDe cuyo dépeg en ciertas plataformas CeFi ha causado liquidaciones en cadena.
Hunter Horsley, CEO de Bitwise, subraya un punto crucial. Bitcoin está bajando solo un 15% a pesar de uno de los mayores eventos de liquidación de su historia. Esta cifra testimonia la resistencia estructural del mercado. Los precios spot han recuperado rápidamente de sus extremos, demostrando que la demanda subyacente permanece sólida.
Esta purga forzada del apalancamiento excesivo era quizás necesaria. El mercado crypto permanece intrínsecamente volátil y cada vez más sensible a los factores macroeconómicos. Estas correcciones brutales restablecen el equilibrio y recuerdan que la excelencia operacional cuenta tanto como la dirección del mercado. El apalancamiento no solo es arriesgado, es implacable.
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