Los datos de la inflación en EE. UU. (IPC) acaban de ser publicados, y los mercados mantienen la respiración. Cada decimal puede cambiar las expectativas de la Fed para enero. Tasa, liquidez, dólar: todo está en juego. Las criptomonedas podrían ser las primeras en reaccionar.
Los economistas anticipan un aumento de la inflación anual al 3,1% en noviembre, frente a los niveles de septiembre. La inflación subyacente, que excluye los precios volátiles de la alimentación y la energía, también debería subir al 3%, un umbral psicológico importante para los mercados. TD Securities va incluso más allá en sus proyecciones y apuesta por una inflación anual del 3,2%, impulsada principalmente por la escalada de los precios de la energía.
Este posible aumento se produce mientras los mercados cripto atraviesan una fase de consolidación tras el reciente rally postelectoral. Bitcoin oscila alrededor de sus niveles de resistencia principales, mientras que el apetito por el riesgo se mantiene moderado. Los volúmenes de trading en los exchanges muestran cierta prudencia, típica de los periodos previos a los anuncios macroeconómicos cruciales.
Para los poseedores de activos digitales, el mensaje es claro: una inflación que repunta complica el escenario de una Fed acomodaticia. Las criptomonedas, a menudo percibidas como coberturas contra la inflación, reaccionan paradójicamente mal a corto plazo cuando los bancos centrales endurecen su política monetaria.
La herramienta CME FedWatch revela que los mercados otorgan actualmente solo alrededor del 20% de probabilidad a una bajada de tipos de 25 puntos básicos en enero. Esta cifra refleja el escepticismo reinante sobre la capacidad de la Fed para relajar su política restrictiva de forma inmediata. Los traders de crypto deben integrar este dato en su análisis técnico y fundamental.
Si el IPC estadounidense sale en el 3,3% o más, el escenario de un statu quo de la Fed en enero se confirmaría casi automáticamente. En este caso, el dólar reforzaría probablemente sus posiciones, lo que ejercería una presión bajista sobre Bitcoin y el conjunto del mercado crypto a corto plazo. La correlación negativa entre el DXY y el BTC sigue siendo un factor determinante para las tomas de posición.
Por el contrario, una sorpresa a la baja con un IPC del 2,8% o menos abriría la puerta a una sorpresa dovish de la Fed. Los mercados crypto reaccionarían positivamente a este escenario, con una potencial reanudación del momentum alcista. Las altcoins, más sensibles a las variaciones de liquidez, podrían tener un rendimiento superior en ese contexto. Los traders deberán vigilar los niveles clave de soporte y resistencia en las horas posteriores a la publicación.
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