Durante más de una década, octubre ha sido sinónimo de ganancias para Bitcoin, con un promedio histórico del 22.5%. Sin embargo, este año rompió esa tendencia. ¡Descubre por qué octubre se cerró en rojo por primera vez desde 2018 a pesar de alcanzar un nuevo máximo de 126 000 dólares a principios de mes!
Durante años, octubre se ha forjado una reputación sólida en el ecosistema cripto: la de un mes sistemáticamente alcista para Bitcoin. Los datos históricos muestran ganancias promedio en torno al 22,5%, alimentadas por el retorno de liquidez tras el verano, los ajustes de carteras a final de año, y más recientemente, la demanda sostenida de los productos de inversión estadounidenses.
Esta confianza en el patrón de octubre era aún más fuerte este año porque el mes había comenzado con fuerza. BTC superó los 126.000 dólares durante la primera semana, estableciendo un nuevo máximo histórico. El momentum parecía intacto, el sentimiento del mercado era eufórico, y las comparaciones con los anteriores meses de octubre reforzaban el optimismo reinante.
Pero una venta relámpago lo cambió todo. A diferencia de los activos de riesgo tradicionales que recuperaron rápidamente sus pérdidas, Bitcoin nunca logró recuperar el aliento. El precio se estancó, luego declinó progresivamente, resultando en un cierre mensual negativo. Esta ruptura del patrón cogió por sorpresa a la mayoría de los participantes del mercado, demostrando una vez más que ningún esquema, por muy sólido que sea históricamente, garantiza resultados futuros.
El análisis de las métricas on-chain explica en gran parte por qué octubre de 2025 se transformó en una anomalía. Los tenedores a largo plazo (LTH), esos inversores que acumulan generalmente durante las fases bajistas y venden durante los bull runs, comenzaron a distribuir sus posiciones de manera significativa.
Esta toma masiva de beneficios creó una presión vendedora continua que la demanda no logró absorber. Los indicadores como el SOPR (Spent Output Profit Ratio) y los flujos salientes de las direcciones dormantes confirman esta tendencia: los antiguos holders vendieron sistemáticamente en cada rebote, impidiendo cualquier consolidación duradera por encima de los niveles de soporte clave.
Paralelamente, el apetito de los inversores estadounidenses se enfrió notablemente. Los flujos entrantes en los ETF de Bitcoin spot, que habían impulsado el mercado durante los meses anteriores, se ralentizaron considerablemente. Los volúmenes en los contratos de futuros también cayeron, señalando una disminución del apalancamiento y de la especulación institucional.
Esta combinación de distribución de los LTH y desinterés de los inversores estadounidenses creó un desequilibrio estructural entre oferta y demanda, explicando la debilidad persistente del precio a lo largo del mes.
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Gastón es escritor desde hace más de 7 años y un gran entusiasta de las criptomonedas desde 2020. Le encanta navegar por este ecosistema y ahora quiere compartir sus conocimientos y descubrimientos a través de InvestX.
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