Según el experto Adam Livingston, el Bitcoin (BTC), con su oferta fija y limitada, podría ser clave para prevenir conflictos armados al impedir que los gobiernos financien guerras a través de la creación ilimitada de dinero.
Livingston cita el siglo XX como ejemplo, explicando cómo el crecimiento del poder de los bancos centrales y el abandono del patrón oro durante las dos guerras mundiales facilitaron el financiamiento de conflictos que los ciudadanos nunca habrían aceptado a través de impuestos. Pero, según él, Bitcoin es el remedio a estos conflictos.
«El poder monetario equivale al poder político. Cuando un gobierno puede crear dinero de la nada, puede ejercer violencia a un nivel que los ciudadanos nunca tolerarían si la factura les fuera presentada en forma de impuestos», explica.
El autor también hace referencia a períodos anteriores donde el recurso al papel moneda permitió guerras, llevando finalmente al colapso de su valor. Cita especialmente la caída del papel bajo la dinastía Song en China en el siglo XIII y la hiperinflación de los asignados franceses en el siglo XVIII.
Según Livingston, el dólar estadounidense ilustra hasta qué punto puede llegar la devaluación, habiendo perdido más del 90% de su poder adquisitivo desde 1913 debido a la inflación.
Los defensores de la «moneda sana» ven en Bitcoin la oportunidad de separar la moneda del Estado, tal como la imprenta rompió en su momento el poder de las autoridades centrales. Consideran que Bitcoin puede alterar los fundamentos financieros de las guerras.
El economista Saifedean Ammous explica en su libro «The Bitcoin Standard» cómo el oro e incluso el papel moneda han fracasado. El oro condujo a la centralización, mientras que el papel moneda pierde continuamente valor debido a la creación monetaria. Cada nueva emisión monetaria por parte de un banco central reduce el poder adquisitivo futuro del ahorrador.
Esto tiene profundas consecuencias en la sociedad. Cuando el dinero pierde su valor, la gente ahorra menos y planifica menos para el futuro. En un mundo con una moneda sana como Bitcoin, ocurre lo contrario: más innovación, cohesión social y visión a largo plazo.
Según los defensores de Bitcoin, una transición mundial hacia un patrón Bitcoin podría no solo luchar contra la inflación, sino también promover el progreso tecnológico y cultural. Al privar a los gobiernos de la posibilidad de financiar secretamente guerras, Bitcoin podría, según ellos, contribuir a un mundo más pacífico y próspero.
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Charles Ledoux es un especialista en Bitcoin y en las nuevas tecnologías blockchain. Graduado de la Crypto Academy y minero de Bitcoin desde hace más de un año, ha escrito numerosas masterclass para formar a nuevos inversores en la industria, además de más de 2.000 artículos sobre el sector. Ahora, busca compartir su pasión por las criptomonedas a través de sus artículos en InvestX.
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